Cuando esto pasa, las ondas de radio de Internet se vuelven locas. Es lo que tiene vivir y trabajar en la montaña.
Restablecida ya la conexión con el mundo, seguimos informando.
La nueva casa avanza deprisa, teniendo en cuenta que la hace una sola persona.
Ya están los andamios preparados para atacar la fachada, si no hace viento, claro.
En el interior la cosa también va deprisa, se empiezan a definir espacios, la escalera ya está terminada y, mucho mejor que la mía. ¡Cagontó!
Más fotos de la escalera, el próximo envío.
Con esta potencia, no es de extrañar que vaya rápido: fabricando niñas (3) y casas (2, por el momento, y seguro que vienen más).
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