domingo, 26 de febrero de 2012

Domingo

El día del Señor, por lo tanto el “Señor” se va a zampar un buen desayuno: el primer huevo de mis gallinas, bueno, el primero no, el primero se lo comió la propia gallina, el segundo ha sido para la consuegra, hay que hacer la pelota, el tercero para mi vecina preferida.
Estoy en promoción de mis huevos (qué mal suena esto), a todos les digo lo mismo: los próximos a 0,50 céntimos la ½ docena. Es para la comida de las gallinas y, porque soy catalán.


Mi primer huevo en la recién instalada barra de la cocina.





Y las productoras de huevos.





La nueva casa.


La semana pasada lo dejamos pendiente de la pintura y las ventanas.


Tal que así.





Hoy está así, pintada, con sus ventanas y propietarios incluidos. Han estado tentados de quedarse a dormir en la casa. ¡Ole sus güevos! Y los que les regalaré.







Cuidado con la babilla, que se te cae.







Parece pensar… la de cosas que voy a hacer en esta habitación. Doy ideas: ver la salida del sol.


Por lo demás, seguimos preparando un proyecto para otros locos (vendita locura), el miércoles vienen a visitarnos, a conocer su proyecto y espero que a comer. Hay que hacer la pelota y el estomago es una buena forma, más regalo de huevos, si no se los comen las gallinas.


Por último.


No sé si son muy amigos, si se aman o… págame el aluminio y las ventanas de una puñetera vez, o te arranco la oreja.


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