En un día de sol y calor, es cuando más se agradece el frigorífico que tenemos: agua fresca (para quien la beba) y la comida en condiciones. Hoy albóndigas con sepia, otro mejunje del cocinero.
Empezamos a abrir el salón-comedor, a poner el aislante interior, las placas de yeso y las instalaciones de agua y luz, agua en el salón porque queremos hacer de una pared un jardín vertical.
Parece que piensa. Sí, a veces lo hace.
Ala, a orar.
La luz que entra por el norte a las 17:00 PM y el espacio que va quedando.
Pronto atacaremos la cocina, algo muy esperado por mí, veremos si el colega me deja publicar lo que tengo en el “coco”. Ya contaré la historia en su momento, si me dejan.
Mañana más.
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