viernes, 22 de julio de 2011

Una carta para mi padre

Una mujer a la que quiero especialmente, me lanzo la idea de reproducir la carta de mi hijo del 1 de febrero. Aquí la dejo, forma parte del devenir de todo esto.

Querido Padre,

Hace tiempo que partiste hacia tierras Tarraconenses para llevar a cabo uno más de tus sueños locos. Aunque esta vez, y tras mucho esfuerzo, más que un sueño finalmente es una realidad.

Y es que el otro día, mientras paseaba por la calle bajo una lluvia intensa , me puse a pensar en todos aquellos sueños que tuviste y que finalmente se quedaron en eso, en sueños.
¿Recuerdas las semillas saltarinas? ¿Esas legumbres marrones que botaban en la mesa sin que nadie las tocara? Eso sí que fue un verdadero “boom”. La gente alucinaba cuando las veía brincar como canguros. ¿Recuerdas?
Todo pintaba genial hasta que descubriste, por culpa de sanidad, qué provocaba que saltaran con tanta fuerza: los pequeños gusanos que habían en su interior. Imagínate que se lo llegas a vender a Nesquick tal y como querías...
Sin lugar a dudas, fue uno de tus primeros chascos.

Y qué decir de los pegadones. Ese juguete hecho de almidón de maíz y que para sorpresa de los niños, ¡era comestible! Así es, el primer juguete que se podía comer sin que te pasara nada. Una auténtica revolución en la industria de la juguetería. Aunque no todos lo entendieron así.
Toy´s R´US te dio la oportunidad hasta que un día, sin saber por qué, te dejaron con el culo al aire y te tuviste que comer, literalmente, una ingente cantidad de Pegadones.
Al menos, en este proyecto pudiste saborear con la punta de la lengua las mieles del éxito.

Luego vino el aplaudidor. Digamos que tu mayor logro hasta hoy. Ese cartón duro en forma de acordeón que si lo golpeabas con fuerza contra tu mano, emitía un sonido muy grande. Mucho más que el de un aplauso.
Los Dragons te lo compraron y muchos te lo plagiaron. Desde el Barça de Balonmano, pasando por el Forum 2004, hasta el DKV Joventut. Y mira que tenías la patente, pero eran tantos los que te copiaron, que decidiste no gastarte una morterada en abogados.

Después vinieron otras cosas que no recuerdo muy bien, pero que tampoco salieron como tú esperabas.

Hasta que un día de primavera, viniste a mí con un periódico gratuito en la mano y señalando a una noticia me dijiste:
“Víctor, ya sé cómo me haré una casa y por 4 duros. ¡CON CONTENEDORES MARINOS!”

Claro está, y después de los antecedentes, ya puedes imaginarte cuál fue mi primera impresión.
Al principio pensé que sería otra de tus locuras, pero poco a poco fui viendo que te ibas entregando por completo. Hasta que conectaste con Pol y definitivamente te diste cuenta que podía ser el proyecto de vuestra vida.

Y mírate ahora. Después de 2 años y pico, y muchos obstáculos, has conseguido lo que querías: construir una casa con containers marinos.

Algunos dirán que es un plagio. Otros que no tiene mérito. Pero como bien dice la RAE, la envidia es el pesar del bien ajeno. Por eso, aprovecho este espacio para decirte que, pase lo que pase, para mí ya has triunfado.

Pero ello no quita que te diga lo siguiente: por favor, esta vez haz las cosas bien, que en este país hay mucha gente que tiene ganas de vivir bien y sobre todo, por muy poco.

Un abrazo muy grande y no te olvides de pasarme dinero :)

Víctor.

1 comentario:

  1. Qué be que et coneix el teu fill! és una carta divertida i entranyable. Us podeu sentir orgullossos l'un de l'altre. Una abraçada. Noemí

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